DONALD TRUMP Y EL SERIO DETERIORO MILITAR ESTADOUNIDENSE
01.11.2025 12:14
Donald Trump tiene un grave desconocimiento de las capacidades militares reales de su país. Envió cuantioso material al Medio Oriente, sigue apoyando a Zelensky, amenaza militarmente a Venezuela y busca permanentes conflictos comerciales con los chinos. El problema radica en que los Estados Unidos no tienen una capacidad disuasiva ni de ataque acorde a la cantidad y dimensión de los conflictos abiertos.
Veamos datos concretos: los rusos cuentan con al menos cinco tipos diferentes de misiles hipersónicos, los norteamericanos con ninguno. La capacidad rusa de producir munición de artillería supera a la de toda la OTAN. Se estima que para poder sustentar las ambiciones de política exterior de la administración estadounidense la fuerza aérea norteamericana debería contar con al menos 300 aviones de combate más. Nadie logró despejar las dudas que tenemos respecto a los F-35, cuyos problemas logísticos son bien conocidos y cuyas capacidades reales siguen siendo una incógnita. Los británicos estarían pensando en reconvertir uno de sus dos portaaviones para dotarlo de la capacidad de despegue asistido por catapulta, ya que la variante F-35B tiene un radio de acción bastante limitado y una capacidad reducida de portar armas. Por ahora el presupuesto de Londres parece no dar para tanto.
No se trata solo de problemas de material, también los hay de personal y de logística. En nuestro anterior artículo dábamos cuenta de la caída de dos aeronaves que despegaron del portaaviones USS Nimitz, las mismas se estrellaron con apenas 30 minutos de diferencia entre un accidente y otro. El propio presidente Trump deslizó la posibilidad de que la calidad del combustible empleado hubiera sido la causal de ambos siniestros.
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Fuego en el freno de un B1B estadounidense durante un aterrizaje duro
No solo los arsenales estadounidenses están semivacíos por la guerra de Ucrania, también lo están los de los socios europeos de la OTAN. Más aún, los propios israelíes quedaron en una especie de empate técnico en su guerra con Irán. Los estadounidenses ni siquiera pudieron con los rebeldes hutíes. Este grupo de organización precaria y carente de apoyo gubernamental llevó a cabo numeroso ataque con misiles y derribó un número importante de drones enemigos sin que pueda decirse que fue neutralizado. Mientras tanto hackers norcoreanos se hacen de miles de millones de dólares en criptomonedas que financian los programas de misiles de Kim Jong-un. Con numerosos conflictos internos sin resolver Donald Trump busca hacer algún tipo de demostración de poder. Por ahora no logró nada más que poner en riesgo su propio prestigio y el del país que gobierna.








