Ayer, tras ocho oleadas de misiles, toda las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas ucranianas sufrieron algún tipo de daños. Hoy lunes los rusos siguen atacando con fuego de artillería y de su aviación táctica. Además del frente oriental propiamente dicho, la zona de Kharkiv también fue martillada por fuego de piezas de artillería, en este caso por piezas autopropulsadas Akatsiya. No tenemos mayores detalles de la situación en el sur. La guerra sigue escalando. Mientras los EEUU siguen fogoneando el conflicto, toda Europa está en un peligro creciente de quedar envuelta por el mismo. Los rusos siguen reforzando su presencia en Bielorrusia. Desde ahí podrían atacar Kiev o simplemente cortar las líneas de suministro ucranianas. El Kremlin dejó claro que su intención es desgastar a los hombres de Zelensky y de momento es exactamente lo que está haciendo. En caso de un colapso repentino de los ucranianos - por ahora sólo está a punto de producirse en la zona de Bakhmut - Putin podría lanzar un ataque a gran escala pero eso no parece ser la prioridad en este momento. Encontrándose Europa muy escasa de combustibles y Ucrania casi sin electricidad, no hace falta estar aclarando a quién le juega a favor el invierno. Es por eso que el autócrata ruso no muestra mucho apuro.

 

2S3 Akatsiya en San Petersburo, Rusia - Foto: Dmitry A. Mottl - Este archivo tiene licencia de creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es (la imagen original ha sido redimensionada)

 

Por una cuestión de escasez de munición occidental, los rusos disparan diez veces más proyectiles de artillería que los efectivos de Kiev. El desgaste buscado por los rusos ya se hace sentir fuertemente. Las amenazas de la OTAN de una guerra total no tienen sentido, la Alianza llevaría las de perder. De todos modos, Occidente dio sobradas muestras de irracionalidad. De hecho la crisis serbio-kosovar está ganando en intensidad, lo que algunos analistas ven como un castigo europeo a Belgrado por su negativa de apoyar las sanciones contra Moscú. Se genera así el riesgo de una segunda guerra en el Viejo Continente, en los tan inestables Balcanes. Es difícil ver cómo eso podría serle útil a los europeos en general pero sí tendría sentido para algunos personajes siniestros de Bruselas.

 

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Durante su campaña electoral, Joe Biden prometió tratar a Arabia Saudita "como a un paria" por la ejecución de un periodista de un medio estadounidense. La OPEC y los árabes advirtieron a Biden que no sancionara a Rusia por la guerra en Ucrania. El presidente norteamericano hizo caso omiso de la sugerencia. Después voló a pedir a los sauditas que le vendieran el petróleo que él no permite extraer en su propio país. Los árabes lo trataron como a un paria. Ahora fue Xi Jinping - que rara vez abandona su país - quien voló a encontrarse con el príncipe saudita. Fue recibido con bombos y platillos y aviones que pintaron en el aire los colores de la bandera china. Por otra parte los países del BRICS - al que quieren unirse Egipto; Turquía y la propia Arabia Saudita - están creando su propia reserva respaldada por oro; cobre; uranio y otros, despegándose así del dolar estadounidense. De hecho está creando su propia infraestructura financiera y de pagos. Entre tanto Europa cierra centrales nucleares y sanciona a Rusia reduciendo drásticamente sus compras de combustible a Putin y advirtiendo a través de Jens Stoltenberg que un enfrentamiento directo con los rusos es una posibilidad. De hecho es una posibilidad creciente ya que algunos de sus miembros siguen enviando a Kiev las armas que algún día ellos mismos podrían necesitar para defenderse. En nuestro artículo anterior mencionábamos lo patético que resulta Olaf Scholz. Claro que no es él quien toma las decisiones, al igual que Joe Biden es un títere del Nuevo Orden Mundial. A principios de septiembre escribíamos: "La Ministro de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock es una imbécil o una fanática, una digna heredera intelectual de la perversa Angela Merkel. El riesgo de un estallido social crece con cada una de sus declaraciones". Bueno, ahora los alemanes afirman haber desactivado un presunto golpe de estado. La policía alemana encontró "ballestas, fusiles y municiones" en una operación contra presuntos terroristas de ultraderecha.

 

Tanque británico Mark I fotografiado en 1916

 

Los EEUU, más concretamente los demócratas, tuvieron constantes acercamientos con Irán, país al que fueron relajando las sanciones impuestas por Donald Trump. Ahora la administración Biden acusa a Rusia e Irán de estar sellando un gran acuerdo de cooperación militar. Es posible que así sea, sin duda el relajamiento de las sanciones ayudó a que Teherán tenga algo que ofrecer a Putin. Los estadounidenses temen la transferencia por parte de Rusia a su aliado circunstancial de aeronaves de combate Su-35. No es necesario decir cuánto complicaría esa transferencia a Israel, aliado histórico de Washington. Claro, se teme que a cambio Rusia reciba más material militar iraní: drones y misiles. Los rusos respondieron que se abastecen perfectamente bien solos pero, si bien últimamente mienten menos que los norteamericanos, tampoco es necesario que les creamos todo. En este contexto la Unión Europea se doblega ante los EEUU y envía a Ucrania sus últimos cartuchos, literalmente los últimos. En el contexto arriba descripto, cuando los norteamericanos ya gastaron 100.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania, el destino de Kiev y hasta el de Bruselas está sellado. Es posible que la guerra se prolongue bastante aún. La única salida rápida que vemos es el boicot que puedan ejercer los propios ciudadanos europeos, por muchas presiones que reciban en sentido contrario. 

 

Actualización 10/12; 15:45 hora argentina: Un ataque de drones rusos, que tuvo lugar hoy, dejó a la ciudad de Odessa sin suministro eléctrico. Muchos analistas dudaban de que Odessa pudiera convertirse en un objetivo de los rusos. Obviamente para Putin el Dniéper no es el límite del avance de sus fuerzas.

 

Actualización 12/12; 00:51 hora argentina: Tras ocho oleadas de misiles, toda las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas ucranianas sufrieron algún tipo de daños. La guerra sigue escalando. Mientras los EEUU siguen fogoneando el conflicto, toda Europa está en un peligro creciente de quedar envuelta por el mismo.

 

 

En torno a Bakhmut los rusos están haciendo importantes avances, barriendo con fuego de artillería a los últimos efectivos de Kiev que se están quedando sin munición, la cual les llega con cuentagotas. Bakhmut está siendo borrada del mapa. En Soledar un ataque ucraniano fue repelido por tanques; morteros y artillería rusos que contaron con el apoyo de la aviación. En Avdiivka, los BM-21 Grad dispararon munición incendiaria, quemando las posiciones ucranianas. Todo el frente oriental está siendo fuertemente castigado por la artillería rusa. En la zona de Krivoy Rog, los rusos usaron sistemas de artillería de lanzamientos múltiples (MLRS), destruyendo 2 lanzadores de misiles HIMARS; 70 misiles para los mismos y otros cuatro MLRS (no HIMARS). En la zona de Krasny Liman, los rusos lanzaron un ataque que ya acabó con la vida de más de 130 soldados ucranianos; destruyó vehículos y permitió a las fuerzas del Kremlin tomar posiciones ventajosas. En Krasnogorovka, la artillería rusa destruyó equipos de vigilancia y guerra electrónica. En Marinka los ucranianos se están replegando; no por completo pero se están retirado. Si cae Marinka, Vugledar también quedará gravemente comprometida. El frente oriental comienza a desmoronarse rápidamente.  

 

Kharkiv en el norte y Kherson en el sur, también están bajo intenso fuego enemigo. No es fácil verificarlo pero Zelensky aseguró que en las zonas de las cuales los rusos se retiraron, están repletas de minas. La ventaja rusa en materia de artillería y sus cuantiosas reservas de munición para la misma comienzan a provocar un vuelco significativo en la guerra. Cuando hablamos de artillería, incluimos a los helicópteros de ataque Ka-52 y Mi-28N que golpean con dureza las posiciones fortificadas ucranianas. Entre tanto fuerzas rusas participan en un ejercicio en Bielorrusia. Tal como lo habíamos adelantado en nuestro artículo anterior, ese país volvió a convertirse en una seria amenaza para la capital ucraniana. Como mínimo Zelensky se ve obligado a destinar ahí importantes reservas para el caso de un eventual ataque.

 

 

Tanque soviético T-55. Los ucranianos cuentan con algunos de estos antiguos carros de combate, en versión modernizada.

 

Mientras la guerra prosigue y la Alianza Atlántica y la Unión Europea sufren un fortísimo desgaste, los rusos siguen recibiendo armas y equipos. El Ministerio de Defensa ruso recibió una o dos aeronaves de transporte IL-76MD-90A y las Fuerzas Terrestre de la Federación Rusa un nuevo lote de tanques T-72B3M. Ya en octubre habrían recibido 98 T-72A y T-72AB. Hay quienes tienden a burlarse de las capacidades de estos tanques pero es mucho más de lo que tienen los ucranianos (por ejemplo, Tu-55 modernizados) y en lo militar a veces la cantidad tiene su propia calidad. Por otra parte se sabe (por estudio de restos de misiles rusos caídos al oeste del frente) que Putin no perdió la capacidad de fabricar misiles. Varios de los disparados fueron fabricados con mucha posterioridad al inicio de la guerra. El bloqueo occidental parece no ser completo y la capacidad tecnológica rusa es superior a lo admitido. A Polonia ya está llegando una cantidad relativamente importante de equipo americano y en principio no está destinado a defender Ucrania sino Polonia. No es todo, varias veces sugerimos al lector no perder de vista los Balcanes. Las tensiones ahí crecieron mucho. En cualquier momento Europa podría tener un serio problema en la retaguardia del frente. Además los ciudadanos europeos del llano están hartos de la guerra. El nivel de los líderes europeos da pena; basta con mirar a Olaf Scholz.

 

 

Bakhmut y sus alrededores están prácticamente en manos rusas. Los ucranianos intentan frenar el avance con tal cantidad de artillería que los estadounidenses temen que falte munición para otras acciones. Zelensky trata de ganar la batalla al estilo de la Gran Guerra, con cañones y grandes cantidades de hombres atrincherados. Es un esfuerzo inútil, insensato - especialmente porque la artillería rusa es mucho más poderosa. Los analistas occidentales están subestimando la importancia de la zona mencionada, diciendo que tiene un valor meramente simbólico. En realidad es el lugar donde los rusos están perforando una parte importante de la última línea de defensa ucraniana. Además generan un desgaste tremendo a las fuerzas de Zelensky que dependen cada vez más de los mercenarios extranjeros; pelean por dinero, claro - no están tan dispuestos a perder la vida por Ucrania como los soldados ucranianos. En la zona de Kherson habría entre 30.000 y 40.000 soldados de Kiev. Su logística es sumamente complicada, en especial después de los últimos ataques misilísticos rusos que paralizaron el transporte por ferrocarril. No pueden atacar, tampoco les es fácil retirarse. Los hombres de Zelensky sólo mantienen cierta capacidad ofensiva en la zona de Kharkiv pero ahí Moscú tiene una fuerte línea defensiva. Cualquier golpe ahí sería un manotazo de ahogado. Además los bielorrusos estaría movilizándose para un adiestramiento de "contraterrorismo". La propia Kiev está en peligro.

 

Los estadounidenses pretenden mostrar a Rusia como un país desgastado, al borde de la derrota. Lo hacen para distraer la atención de la potencial embestida que se avecina. Para lograr su propósito la administración Biden miente a diestra y siniestra. Llega al punto de decir que los rusos no están preparados para el invierno. Si no fuera una afirmación grotesca sería hilarante. No lo es. Miente igual que la Inteligencia británica cuando dice que Putin se está quedando sin misiles. Esa afirmación se repite desde el 25 de marzo de este año. Los misiles siguen destruyendo Ucrania. Quien está demostrando toda la debilidad de su arsenal es la OTAN. Eso sí está siendo admitido por algunos medios occientales. Los proyectiles de artillería de la Alianza se están agotando y la industria bélica norteamericana espera poder fabricar 20.000 proyectiles de 155 mm mensuales para la próxima primavera boreal. Al inicio de la guerra producía apenas 30.000 proyectiles anuales. Rusia, que cuenta con la reserva soviética y una fuerte industria militar, dispara 45.000 proyectiles de artillería diarios. Ahora sólo queda esperar las consecuencias de la negligencia de los líderes de la OTAN, en especial de los europeos. El invierno comienza a hacerse sentir y toma a Europa desprovista de armas suficientes; de combustible suficiente y de líderes competentes y honestos. Alemania ya acusa recibo de eso. Esperemos que Putin se detenga en el Dniéper, aunque es posible que en el sur vaya por Odessa. Tal vez decida avanzar hasta la frontera con Polonia. Esperemos que allí sí se detenga.

 

 

En las últimas horas del lunes 5 trascendió que drones rusos destruyeron dos radares en la zona de Kherson. Se trata de un radar P-18 y una estación de radar 36D6. La mitad de la infraestructura energética de Ucrania ya fue destruida. Sin suministro eléctrico y con menos radares, Ucrania comienza a operar sin un tener un cuadro de situación claro y en condiciones extremadamente duras para militares y civiles. De hecho algunos analistas occidentales comienzan a admitir el desgaste de la defensa antiaérea de Zelensky, por mucho que él lo niegue. Ayer o anteayer un misil antiaéreo ucraniano cayó en Moldavia. Algunos drones lanzados contra bases en el interior de Rusia no harán la diferencia.

 

Los rusos siguen avanzando sobre lo que resta de Bakhmut y sus alrededores sin que los ucranianos puedan hacer mucho al respecto. Deben mantener una reserva importante en Kherson y en su frontera norte, ya que los bielorrusos siguen siendo una amenaza para la capital ucraniana. También deben contener a las tropas de Putin en todo el frente oriental, no sólo en la castigadísima Bakhmut. 

 

Por otra parte, en EEUU, algunos republicanos quieren recortar la ayuda a Kiev que ya se ve seriamente afectada por la falta de munición de artillería y todo tipo de armas y otras municiones en los arsenales occidentales. Europa se enfrascó en una guerra para la que no estaba preparada. Eso es lo que pocos analistas están dispuestos a reconocer pero que salta a la vista. Al problema de los suministros bélicos se suma el de la falta de combustibles. Por otra parte los estadounidenses comienzan a preguntarse por qué la administración Biden gasta tanto dinero en Ucrania y no defiende su propia frontera sur, por la que entran ilegales; armas y drogas en cantidades alarmantes. El fentanilo - 100 veces más fuerte que la morfina - está haciendo estragos entre los jóvenes estadounidenses. Las muertes por sobredosis en el país norteamericano, llegaron el año pasado a casi a 108.000. Hay una guerra que la administración Biden está perdiendo claramente y nadie hace nada al respecto. Entre tanto esa misma administración destinó 100.000 millones de dólares a alimentar las hostilidades en Ucrania. Queda claro que Joe Biden no es un patriota ni nada que se le parezca. Es difícil imaginar que pueda ganar una guerra como la que se desarrolla en Europa Oriental.

 

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Los rusos lanzaron un nuevo ataque masivo con misiles contra Ucrania. Algunos analistas señalan que fue una represalia de Putin por el establecimiento de un precio máximo al petróleo ruso, aunque nada fue expresado desde el Kremlin en ese sentido. Sea como fuere, era un ataque esperado. El primer día de este mes escribíamos "hay diversos indicios de que Rusia está preparando una nueva gran ofensiva de misiles. Imágenes satelitales muestran bombarderos de largo alcance siendo preparados para el combate. Junto a ellos se observan aviones de transporte capaces de transportar misiles de crucero desde el interior de Rusia a dicha base. Se sabe que los buques rusos del Mar Negro están armados con más de 80 cruceros Kalibr; eso sin contar los que pudieran tener los submarinos".

 

Los ucranianos aseguran que la mayor parte de los misiles fueron derribados en el aire por su artillería antiaérea. Se sabe que en Odesa esa artillería falló seriamente, habiéndose registrado graves daños en la estructura militar y energética de esa zona, la cual también quedó sin suministro de agua potable. Así lo muestran diversas imágenes e informes publicados por medios rusos usualmente creíbles y por otros medios no occidentales y hasta algunos occidentales. Según funcionarios ucranianos, también se escucharon explosiones en la óblast de Zaporizhzhia y en las regiones de Lviv; Vinnitsya; Cherkasy y Mykolaiv. Se sabe que al menos un misil alcanzó Kiev, donde - al igual que en el resto del país - sonaron las sirenas de alarma. Se reportaron cortes de suministro eléctrico en todo el país. No se descarta que el ataque se repita. Es obvio que la Inteligencia británica se convirtió en un instrumento de propaganda ya que viene asegurando sostenidamente que Putin se está quedando sin misiles. Los espías británicos no son de equivocarse tanto.

 

Al parecer los ucranianos intentaron impedir el ataque ya que hubo explosiones en dos bases aéreas situadas en territorio ruso. Dado que las versiones no son coincidentes, no nos apresuraremos a informar el medio de esos ataques pero no se descarta que hayan sido llevados a cabo por drones.

 

Actualización 6/12; 9:50 hora argentina: Tácitamente los ucranianos están admitiendo que su defensa antiaéra no fue tan eficaz como se dijo inicialmente.

 

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Rusia acaba de cortar la principal de las rutas que llevan suministros a los ucranianos que aún resisten en los alrededores de Bakhmut. Al parecer todo lo que queda ahí son pequeños grupos de la reserva territorial. Hay versiones creíbles de que lo que resta de las tropas ucranianas mejor preparadas, incluidas las fuerzas especiales, están siendo o ya fueron retiradas del lugar. El fuego insoportable de la artillería rusa se cobró un número impresionante de vidas de los soldados de Zelensky. Al sur de ahí, los rusos están a punto de capturar Maryinka. Algo similar ocurre con Ugledar. La ofensiva rusa se aceleró sustancialmente. Hay importantes medios occidentales que informan poco y nada sobre el tema, cada villorio recuperado por los ucranianos se transforma rápidamente en "ciudad". El avance de las fuerzas del Kremlin comenzó a preocupar a tal punto a los europeos que la propia Deutsche Welle comenzó a preguntarse si las fuerzas alemanas están preparadas para una guerra. La pregunta puede sonar prematura y exagerada pero de todos modos es interesante saber que el ejercito alemán o Heer, tiene munición para apenas 48 horas de fuego intensivo. Mucho de su material pesado fue entregado a Zelensky y parte de ese equipo ni siquiera mostró ser de buena calidad.

 

Los rusos están enviando al Donbass parte de los 300.000 movilizados y de los 80.000 voluntarios recientemente incorporados a sus fuerzas. Los apoya una artillería muy poderosa y la flota de tanques más numerosa del planeta. El nuevo comando unificado les da a esas fuerzas una gran flexibilidad operativa. La aviación estratégica rusa está lista para atacar en cualquier momento, al igual que la Flota del Mar Negro. Por su parte Zelensky se involucra personalmente en la dirección de la guerra y exige que cada posición sea defendida hasta extremos absurdos. En ese contexto no es difícil dar por cierta la afirmación de la Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien aseguró que 100.000 militares ucranianos murieron en los 9 meses que ya ha durado la guerra.

 

Sistema de cohetes de lanzamientos múltiples ruso - Foto: Mike1979 Russia - Este archivo tiene licencia de creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en (la imagen original ha sido redimensionada)

 

La información procedente de diversas fuentes, incluidas las imágenes satelitales, desmienten a la Inteligencia británica que ya aburre con sus afirmaciones de que los rusos se están quedando sin misiles. Los rusos por su parte encontraron la forma de contrarrestar el accionar de los sistemas HIMARS mediante el desarrollo de programas informáticos específicos que permiten a su artillería antiaérea detectar e interceptar los misiles del sistema con velocidad y precisión. Los rusos afirman haber destruido al menos 6 de los 20 sistemas enviados por los EEUU pero interceptar los cohetes en pleno vuelo reducirá mucho el importante papel que jugaron los HIMARS en los últimos meses. Por otra parte Moscú estaría enviando al frente su propio equivalente del sistema estadounidense, el Tornado-S, provisto con cohetes de un alcance de 120 kilómetros, guiado satelitalmente por el sistema GLONASS - el equivalente ruso del GPS - y con un tiempo de alistamiento de apenas tres minutos.

 

Bakhmut; Avdiivka; Maryinka y Ugledar están cayendo y dejando la puerta abierta de par en par para el avance hacia el oeste. Rusia prueba e incorpora nuevos buques; reincorpora bombarderos estratégicos; moviliza tropas; moderniza tanques. Los arsenales occidentales se están vaciando a niveles que ya pasan de alarmantes. Los EEUU perdieron el rastro de 20.000 de los 100.000 millones de dólares de fondos propios destinados al sosteniniento de la guerra en Ucrania. No hay lugar para el optimismo.

 

"En estas horas trágicas, el mundo tiene necesidad de oración y penitencia, porque el Papa, los sacerdotes y la Iglesia están en peligro. ¡Si no oramos, Rusia marchará sobre toda Europa, y particularmente sobre Italia, trayendo mucha más ruina y estragos!" - Presuntas palabra de Nuestra Señora a la Beata Elena Aiello el Viernes Santo de 1960

 

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La Presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que 100.000 militares ucranianos murieron en los 9 meses que ya ha durado la guerra. Los rusos recogieron la cifra rápidamente y la divulgaron en su país. Después von der Leyen se desdijo mediante una vocero que manifestó que la cifra era "inexacta". Los ucranianos se negaron a hablar sobre los dicho por la señora Ursula y ya nadie cree demasiado en la desmentida. Muchos se preguntan cómo es que se puede afirmar que Kiev está ganado la guerra y sostienen que además de los 100.000 soldados ucranianos muertos, los EEUU ya gastaron 100.000 millones de dólares de los contribuyentes. De hecho se hicieron llamados a los hombres de Zelensky de hacer un ruso racional de las armas y de no usar misiles de 300.000 dólares para disparar contra drones de costos muy inferiores.

 

Hay diversos indicios de que Rusia está preparando una nueva gran ofensiva de misiles. Imágenes satelitales muestran bombarderos de largo alcance siendo preparados para el combate. Junto a ellos se observan aviones de transporte capaces de transportar misiles de crucero desde el interior de Rusia a dicha base. Se sabe que los buques rusos del Mar Negro están armados con más de 80 cruceros Kalibr; eso sin contar los que pudieran tener los submarinos. A medida que Occidente sube el tono de sus amenazas y expresa su disposición a enviar a Kiev armas de mayor alcance, Putin podría verse tentado a escalar y acelerar la ofensiva de invierno. Bakhmut y las pequeñas aldeas aledañas ya están casi por completo en manos rusas. Algo más al sur, en Avdiivka, la situación de las fuerzas ucranianas también es muy precaria. Ugledar, aún más al sur, también se encuentra bajo intensos bombardeos de las fuerzas del Kremlin. El potencial frente de un avance terrestre se ensancha. Zelensky también asegura que los rusos están preparando "algo" en el sur, si decir exactamente qué. Claro que los ucranianos no se quedan de brazos cruzados e intentan contragolpear con algún pequeño éxito pero la superioridad rusa es abrumadora. Las constantes promesas de nuevas armas para Kiev por parte de Occidente podrían infundir en Putin una sensación de urgencia que lo empujara a anticipar e incrementar los ataques rusos. El invierno ucraniano podría ser terrible.

 

 

Ante la escasez de otro tipo de armas y municiones, Estados Unidos está considerando enviar a Ucrania bombas de lanzamiento terrestre GBU-39 dotadas de motores cohete M26, con un alcance de 150 kilómetros. Ese tipo de armas podrían ser entregadas a Kiev en la primavera del 2023. Los estadounidenses también estudian acelerar la producción de proyectiles de 155 milímetros que alcanzaron niveles de stock alarmantemente bajos en sus arsenales. Para los ucranianos la munición no es el único problema, por el uso excesivo de las piezas de artillería o por el uso de munición incompatible, cañones y obuses se rompen rápidamente y se está considerando poner un taller de reparaciones en Polonia. Zelensky lo quiere en Ucrania. 

 

Entre tanto entre el domingo y el lunes prosiguieron los ataques de las fuerzas de Moscú con artillería; un número limitado de misiles y drones. Los últimos destruyeron un depósito de armas y municiones. Por otra parte, el Secretario General de la OTAN acusa a Putin de usar el invierno como arma. El economista no supo hacer surtir los arsenales de la Alianza. Sólo Donald Trump llamaba la atención a los europeos por su falta de inversión en defensa. Está a la vista que tenía razón, máxime cuando hoy por hoy las armas no se fabrican de la noche a la mañana. Por otra parte el invierno se volverá en contra de Europa por su propia estupidez. Ni siquiera supo hacer bien los cálculos cuando decidió "castigar" a los rusos (no a Putin). Además la crisis energética es un hecho previo al inicio de la guerra. El cierre de centrales nucleares; el fanatismo por la energía verde y la dependencia del combustible ruso no son una obra de Putin, más bien de Angela Merkel y sus secuaces. No sólo faltará energía; los comestibles no serán muy asequibles, máxime con los precios de los combustibles. Ahora los europeos acusan a los estadounidenses de hacer de la guerra un negocio. ¡Qué perspicaces!

 

Misiles Brimstone - Foto: Duch.seb - Este archivo tiene licencia de creativecommons.org/licenses/by-sa/1.0/deed.en; creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en; creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5/deed.en y creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/deed.en

 

En la zona en torno a Bakhmut la brecha se agranda dejando abierto el camino hacia Kramatorsk y Sloviansk, hacia el oeste. Esas dos localidades son los últimos puntos fuertes ucranianos pero no forman una línea significativamente fortificada. Los rusos podrían rodearlas y seguir avanzando con otras fuerzas. Hasta en el norte, en la zona de la óblast de Kharkiv que los rusos habían dejado en manos de los ucranianos tras la última contraofensiva de las fuerzas de Kiev, hay duras batallas entre ambos bandos. Los rusos están abarcando un frente más extendido de lo que algunos esperaban. Los británicos no se quedaron de brazos cruzados y enviaron a Zelensky misiles de corto acance aire-superficie y superficie-superficie Brimstone 2. Como desde el inicio de la guerra todo es poco y llega tarde. Putin está modernizando centenares de tanques y fabricando otros. Recibe nuevas aeronaves y adquiere armas en el extranjero. Movilizó a centenares de miles de soldados. No son reclutas sin experiencia, todos cuentan con adiestramiento previo y siguen ejercitándose. A los Brimstone británicos el autócrata ruso puede oponer un variopinto arsenal de misiles de corto, medio y largo alcance, algunos hipersónicos. A menos que ocurra algo realmente extraordinario, el resultado es previsible. Amat Victoria Curam - La victoria ama a los preparados. 

 

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