Europa está en peligro de desintegración. El Viejo Continente ya no es como era hace treinta y cinco o cuarenta años. Tal vez la falta de un enemigo común influyó sobre eso. Como suele suceder, cuando desparece el adversario se resquebraja la cohesión. Es cierto, hubo buenos intentos por mantener la unidad. La Unión Europea pareció un proyecto válido, al menos inicialmente. No todos jugaron limpio, Angela Merkel, una de los federalistas duros, no siempre fue leal y supo cosechar algunas antipatías. Si bien su actitud ante la crisis migratoria que atraviesa Europa le valió el título de Mamá Angela - por sus presuntas políticas de solidaridad con los refugiados víctimas de los conflictos sociales y militares en el Medio Oriente - muchos dicen que ella se quedó con los refugiados que constituían la mano de obra más calificada de esos grupos, dejando el remanente para el resto de Europa. La política migratoria de la UE fue uno de los argumentos esgrimidos por los partidarios británicos del brexit, ruptura prevista del Reino Unido con Europa que se dilata y genera incertidumbre. Los escoceses no ven sentido a su permanencia en el RU si esa ruptura se produce y ya están planenado un nuevo referéndum para independizarse. Entre tanto el desgaste político y económico de todo el continente y en particular del RU se hace notable.
Eso no es todo. El poderío miltar británico se ha debilitado y eso, lejos de revertirse, se está agravando. Las finanzas del sector de la Defensa del reino presentan un rojo creciente y la situación del personal y del material de sus fuerzas armadas es alarmante. Ayer informábamos que recobraron fuerza los rumores que sugieren que el segundo de los portaaviones Clase Queen Elizabeth podría ser preservado inactivo, es decir, no entraría en servicio. Estos días el medio The Times publicó la versión de que el número de tanques Challenger 2 del Ejército Británico podría ser reducido en un tercio, es decir de 227 unidades a apenas 148. En ambos casos las razones son finacieras, presupuestarias. Aquí cabe mencionar que Rusia tiene, dependiendo de la fuente que se considere, entre 15.525 y 22.000 tanques, algunos (aunque son pocos) tan modernos como el Armata. Es cierto, comparando el poder militar integral de ambos países la diferencia no es tan abismal pero de todos modos es muy grande, francamente alarmante. El resto de Europa no hace mucho al respecto, sólo Francia tiene un poder militar que puede significar algo frente a los rusos.
En lugar de luchar por la fortaleza de la OTAN, algunos líderes se muestran inclinados a formar un Ejército Europeo. Nuevamente Angela Merkel, junto con el francés Macron, lidera este proyecto del federalismo más insensato. En buena parte el proyecto de un ejército federal es una respuesta a Donald Trump, quien pidió mayores aporte para la OTAN. Los estadounidenses no tienen por qué pagar solos la defensa de toda Europa. La izquierda y los liberales de la UE reaccionaron de manera insensata, agresiva, de hecho casi autodestructiva. Su infundado odio a Trump puede más que el sentido común.
La desintegración europea no es solo una cuestión de su Defensa, hay muchos más aspecto involucrados y el moral no es precisamente el último. Hay quienes afirman que nada de los que está sucediendo es casual y hay indicios suficientes para tales sospechas pero excede el alcance de este análisis.
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