Anoche se dispararon las alertas aéreas en casi toda Ucrania, al parecer excepto en Kharkiv y Sumy. Varias fuertes explosiones se escucharon en Kiev, aparentemente fueron al menos diez. La capital ucraniana fue atacada masivamente y sus defensas aéreas dispararon al punto que agotaron los misiles Patriot, momento en el cual el sistema de lanzamiento de esos misiles antiaéreos habría sido destruido. Medios occidentales aseguran que seis misiles hipersónicos Kinzhal fueron derribados por los leales a Zelenski aunque, dada la velocidad y otras características técnicas de los Kinzhal, eso es altamente improbable. De hecho ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué armas empleó Moscú, es muy probable que buena parte de las mismas fuera misiles Kalibr disparados desde el Mar Negro, tal como se preveía que sucediera. Se especula que algunos drones también fueron parte del bombardeo, tal como es práctica usual de los rusos. Según el Ministerio de Defensa ruso, los Kinzhal sí fueron parte del ataque. Otras ciudades, tales como Kremenchug (en el centro del país), también habrían sido atacadas. Según el vocero del mencionado ministerio, el objetivo eran los puntos de despliegue de unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lugares de almacenamiento de municiones, armas y equipos militares, incluidos aquellos entregados desde países occidentales. Según el portavoz, todos los objetivos designados fueron alcanzados.
Por ahora la anunciada contraofensiva ucraniana es un fracaso y uno caro si se toma en cuenta que las bajas de los hombres de Kiev se acumulan sin haber logrado avance alguno. Por el contrario, el fugaz contragolpe en Bakhmut resultó a la postre en un avance ruso. Como era previsible, lejos de retirarse el Grupo Wagner sigue con su asalto a los remanentes de fuerzas del oponente en el sector oeste de la ciudad, apoyado por golpes de paracaidistas en diversos sectores del frente oriental que obligan a los ucranianos a mantener reservas a lo largo del mismo. Putin, por su parte, ordenó atacar para impedir la ofensiva. Hace apenas un par de días fue destruido un gigantesco depósito que guardaba, entre otras, las municiones para tanques hechas de uranio empobrecido enviadas por los británicos.
Lanzamiento de un misil Patriot
Diversos países de Europa prometieron más ayuda, el Reino Unido está a la cabeza de los mismos. Olaf Scholz volvió a cambiar de opinión y también prometió más suministros militares para Zelenski. Es obvio que Scholz es manejado por media Alemania, no por su casi inexistente voluntad. Hay, sin embargo, una mala noticia para los dirigentes y comandantes ucranianos: Hungría pretende bloquear el ingreso a Ucrania de armas europeas. Más allá de la actitud de los líderes de cada país, los ciudadanos de los países europeos muestran una oposición creciente a la continuidad de la guerra, al punto que la esposa de Zelenski, que concurrió a la coronación de Carlos III, fue abucheada por algunos ingleses que le preguntaban de dónde sacó dinero para su elegantísimo atuendo. Zelenski, que ya acabó con la libertad religiosa de los ucranianos y que se hizo del monopolio de los medios, ahora suspenderá las elecciones parlamentarias. Así es difícil creer lo expresado por la vicepresidente de los EEUU, Kamala Harris, que afirma que en Ucrania se lucha por la democracia. Si se toma en cuenta que en el país quedan apenas 18 millones de personas y que los fabricantes de armas amasan fortunas inimaginables, cuesta creer que la lucha tenga algo que ver con los derechos de los ucranianos.
Artículo relacionado:
Si este artículo le resultó interesante, por favor, comparta el enlace al mismo. ¡Muchas gracias!
.jpg?ph=756219b9ad)
.jpg)
