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LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PORTAAVIONES CLASE QUEEN ELIZABETH AVANZA. ¿CONTARÁN CON AVIONES CUANDO ESTÉN TERMINADOS?

28.01.2013 07:46

 

Mientras la construcción de los dos portaaviones clase Queen Elizabeth avanza a buen ritmo y el Queen Elizabeth ya está tomando forma, el avión que deberán embarcar estas naves comienza a generar dudas respecto al futuro de la aviación embarcada británica.

 

Para empezar, a principios de este mes se supo que Canadá podría tener que tercerizar el reabastecimiento en vuelo de los F-35, lo cual vuelve a echar un manto de dudas sobre la cantidad de estos aparatos que terminará adquiriendo ese país. Las eventuales reducciones de la cantidad a adquirir podrían influir en el precio por aparato de todo el programa.

 

Pero eso parece ser una noticia menor comparada con otras. El Pentágono afirmó que el F-35 tiene problemas de madurez tecnológica, algo parecido a lo que en español conocemos como “problemas de dentición”. Así se mencionan problemas con el casco, de desarrollo de software y de integración de armas, entre otros. Además de los problemas específicos de cada variante, las tres variantes están teniendo problemas con las superficies horizontales de cola, las cuales están experimentando altas temperaturas que podrían tener impacto sobre los revestimientos de superficie y estructura.

 

Las pruebas de durabilidad estructural continúan, pero el F-35B ha llegado a un obstáculo. El programa de pruebas fue detenido en diciembre del año pasado después de haberse encontrado múltiples grietas en un reborde de contención en la parte inferior del fuselaje.

 

Pero el F-35B tuvo otros problemas. A mediados del presente mes la oficina del Departamento de Defensa a cargo de las operaciones de combate del Joint Strike Fighter suspendió los vuelos del F-35B por motivos de precaución después de haberse descubierto un problema en un componente no utilizado en las variantes A y C.

 

Finalmente, trascendió que al Joint Strike Fighter no se le permitirá volar cerca de tormentas hasta que parte de la aeronave no haya sido rediseñada, según un informe del Pentágono. La empresa fabricante relativizó la magnitud del problema.

 

Desde el Ministerio de Defensa británico se expresó que los problemas son normales, manifestando que la finalidad de la fase de pruebas de desarrollo es precisamente la de revelar las cuestiones a resolver, con el fin de que se les puedan hallar las soluciones del caso. En parte realmente es así. El problema radica en que las dilaciones se van sumando y los costos crecen. Los británicos podrían encontrarse con la desagradable situación de tener un portaaviones terminado pero carecer un avión confiable para formar su dotación. Si a eso le sumamos que el F-35 será el reemplazante de los Tornado de la RAF, la situación se torna aún más compleja.

 

Cuando oportunamente señalamos el error que cometieron los británicos al vender sus Harrier a los estadounidenses hubo quien nos dijo que magnificábamos el problema. Ahora esa sería una afirmación muy difícil de sostener. 

LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - OCTAVA PARTE: LA BATALLA DEL ATLÁNTICO HASTA LOS PRIMEROS MESES DE 1941 (continuación)

27.01.2013 20:54

 

En Noruega y sobre todo en Francia se instalaron bases de submarinos. Su construcción (de hormigón) era sólida y eran casi invulnerables a las bombas aliadas. Las bases servían para la protección de las naves alemanas y en su interior se podían realizar tareas de mantenimiento y reparación, a salvo de los bombardeos aliados.

 

Los aliados lo intentaron todo contra las poderosas estructuras de estas bases, pero casi nunca lograron provocarles daños apreciables. Su blindaje se reforzó de forma tal que ni las bombas Tallboy (de 5 toneladas) ni las Grand Slam (de 10 toneladas) lograban destruirlas. Estas bases contaban además con una poderosa defensa aérea, compuesta por numerosas baterías antiaéreas de diversos calibres.

 

En Francia hubo cinco localidades donde se construyeron bases de submarinos. 

 

La base de Lorient, por ejemplo, contaba con 200 cañones de 20 mm y numerosas baterías de 75 mm, 88 mm, 105 mm y 128 mm. Su actividad como base de submarinos comenzó con la invasión de Francia en el año 1940, en el puerto de pesca. Inicialmente la reparación de los submarinos se efectuaba a cielo abierto, sobre el terreno.


Por fin a finales del año 1940, la organización TODT creó una célula en Lorient, encargada de buscar un sitio adecuado para construir una base de submarinos destinada a reparar y aprovisionar a la flota de submarinos del Atlántico. El lugar elegido fue Keroman, en las afueras de Lorient, en una superficie de 20 hectáreas. Keroman constaba de tres edificaciones de hormigón armado. Los trabajos se desarrollaron entre 1941 y 1943, aunque hay algunas discrepancias sobre la fecha de finalización del tercer bloque.


Otra de las bases de los U-Boote estaba ubicada en Brest. Debido a su ubicación estratégica, la Kriegsmarine comenzó a utilizar las instalaciones del puerto de Brest a principios de agosto de 1940. El puerto fue restaurado rápidamente a pleno funcionamiento y en 1941 se convirtió en la base de la 1 ª y 9 ª flotillas de submarinos.

 

La base de submarinos de Saint-Nazaire fue construida entre 1941 y 1942 por más de 4.600 trabajadores de la "Organización Todt". La construcción de la base insumió más de 313.000 metros cúbicos de hormigón. El búnker podía acomodar los grandes sumergibles tipo XXI.

 

Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Saint-Nazaire era uno de los mayores puertos franceses sobre el Atlántico propiamente dicho. El primer submarino alemán en llegar al puerto de la ciudad fue el U-46 de la 7ª Flotilla de U-Boote. Lo hizo el 29 de septiembre de 1940.

 

La Rochelle fue la base de operaciones de la 3ª Flotilla.

 

El puerto de Burdeos fue utilizado por la Kriegsmarine desde junio de 1940.

 

El año 1940 fue terrible para los aliados en general y los británicos en particular. A lo largo de ese año los U-Boote había logrado hundir un promedio de casi 400.000 toneladas mensuales. A eso deben sumársele los hundimientos por unidades de superficie, aviones y minas. El período comprendido entre junio de 1940 y marzo de 1941 fue llamado por los alemanes como “los tiempos felices”. 

BRASIL NEGOCIA LA ADQUISICIÓN DE MISILES ANTIAÉREOS A RUSIA

27.01.2013 17:58

 

Rusia y Brasil están negociando un acuerdo para el suministro de sistemas de defensa aérea no especificados. Una delegación brasileña, encabezada por el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas brasileñas, el general José Carlos De Nardi, viajó a Moscú para analizar allí algunos sistemas antiaéreos, en especial el Almaz Antey Tor M2E. Rusia también habría ofertado el S-300. Tampoco se descarta que Ejército y la Fuerza Aérea aumenten su dotación de misiles Igla S.

 

Ahora se alzan voces que afirman que si Brasil compra el Tor M2E, es improbable que los Estados Unidos acepten vender aviones de ataque con todos sus secretos tecnológicos incluidos. De todos modos los EEUU son sólo uno de los potenciales proveedores de un nuevo avión de combate para Brasil.

 

El sistema de misiles tierra-aire de corto alcance Tor fue diseñado para derribar blancos volando a altura extremadamente baja, baja o media. Puede ser disparado en cualquier condición meteorológica. Puede ser usado contra aviones, helicópteros, misiles crucero, municiones con guía de precisión, vehículos aéreos no tripulados y amenazas balísticas de corto alcance.

 

La variante Tor-M2E presenta una mejor cobertura del radar de control de fuego que los sistemas Tor menos modernos y cuatro canales de guía, permitiendo que se pueda guiar hasta cuatro misiles simultáneamente. Existe la posibilidad de intercambiar información de radar entre dos vehículos de combate. Los misiles son lanzados en forma vertical.

LAS PRIMERAS BATERÍAS DE MISILES PATRIOT EN TURQUÍA YA ESTÁN OPERATIVAS

27.01.2013 17:56

 

A principios de este mes informábamos que el sábado 5 de enero comenzó el despliegue de misiles estadounidenses Patriot en Turquía. El 21 de enero arribaron en barco dos baterías alemanas. Poco después llegó otro barco con misiles procedentes de Holanda. Los Estados Unidos de Norteamérica, Alemania y Holanda habían acordado suministrar las baterías de misiles tierra-aire solicitadas por Turquía para la defensa contra potenciales ataques provenientes de Siria. Cada país habría aportado dos baterías.

 

Tal como lo habíamos adelantado los sistemas Patriot estarán en funcionamiento a fines de este mes. Las dos baterías holandesas tendrían que estar operativas el fin de semana que culminó hoy domingo, aunque aún no tenemos información acerca de si esto se cumplió de acuerdo a lo previsto. Nada indicaba lo contrario al momento de la redacción de esta nota.

 

Las baterías alemanas tendrían que estar operativas los primeros días de esta semana y las estadounidenses a principios de febrero. Al comienzo la operatividad no será plena.

 

Cada batería se compone de cuatro a seis lanzadores, amén del radar y una estación de control de combate. Las seis baterías serán conectadas a un centro de mando y control sito en Alemania.

 

Recordamos que el despliegue se hace en el marco de la OTAN, que insiste que se trata de una medida defensiva y que este tipo de refuerzo de la defensa antiaérea de Turquía está previsto por los planes de la OTAN vigentes. 

 

Los Patriot son misiles tierra-aire de largo alcance de fabricación estadounidense. En su historial figuran dos errores que cobraron notoriedad. Uno de ellos ocurrió el 25 de febrero de 1991, durante la Guerra del Golfo de ese año, cuando un misil Scud iraquí alcanzó un cuartel norteamericano en Dharan, Arabia Saudita, matando a 28 soldados. Una investigación de determinó que la falla de interceptación en Dharan se debió a un error de software informático en el reloj del sistema Patriot.

LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - OCTAVA PARTE: LA BATALLA DEL ATLÁNTICO HASTA LOS PRIMEROS MESES DE 1941

25.01.2013 10:04

 

En la primera fase de la Batalla del Atlántico los submarinos alemanes lograron hundir una buena cantidad de buques. Al finalizar el año 1939 los U- Boote ya habían hundido más de 100 mercantes. En esta etapa se pusieron de manifiesto las fallas en los torpedos alemanes, que evitaron el hundimiento de muchas unidades británicas.

 

La táctica de los convoyes aún no había sido adoptada y los submarinos atacaban a naves aisladas, especialmente en el golfo de Vizcaya (considerado por algunos un mar) y al oeste del canal de Irlanda. Además de los mercantes, una de las víctimas más notables de los sumergibles alemanes fue el portaaviones británico HMS Corageous, hundido por el U-26, el 17 de septiembre de 1939, convirtiéndose en el primer buque de guerra británico - y más notorio aún, en el primer portaaviones - en ser hundido durante la Segunda Guerra Mundial. El Corageous fue construido para la Royal Navy, inicialmente como un crucero de batalla ligero y posteriormente fue reconvertido en portaaviones. A esta fase también corresponde el hundimiento del HMS Royal Oak, por parte de Prien y su U-47.

 

Pronto los británicos adoptaron la táctica de los convoyes y Dönitz respondió adoptando la de las “manadas de lobos”. La misma consistía en la utilización de grupos de sumergibles que batían una gran extensión del mar en búsqueda de los convoyes enemigos, en permanente contacto con el centro de operaciones. Cuando un U-Boote detectaba un objetivo comunicaba sus datos al mando para que el mismo dirigiese a los otros submarinos al punto de intercepción.

 

Cuando varias unidades estaban próximas al punto mencionado, pasaban al ataque. Generalmente lo hacían de noche y en superficie, tratando de infiltrarse en el interior del convoy. Dadas las características de las naves de escolta, ésta era la mejor manera de hacerlo. El ASDIC, equipo de detección activa, era inútil contra sumergibles navegando en superficie, aunque de todos modos en esa época aún no podía proporcionar datos sobre la profundidad del submarino detectado. En esa época el valor del ASDIC era un tanto relativo, pero no dejaba de ser un instrumento útil para detectar naves sumergidas.

 

Los convoyes solían ir en cuadro, con los pocos escoltas a cada lado, con alguno navegando un poco por delante y hacia afuera de cada vértice y alguno un poco por detrás y hacia afuera. El centro del convoy estaba reservado para las naves con cargas más peligrosas, como munición y combustible y para los transportes de tropas, cuando los mismos empezaron a ser parte de los convoyes. En los primeros tiempos un convoy contaba con una escolta de apenas 3 destructores y una corbeta por cada 40 mercantes.

 

La manada de lobos se situaba a un lado en una especie de semicírculo y así comenzaba el ataque. Los submarinos atacaban principalmente de noche y en superficie, evitando así ser detectados por los ASDIC. Cuando un convoy era atacado por submarinos, varios escoltas dejaban sus puestos para atacarlos a su vez. Eso dejaba huecos muy peligrosos que otros submarinos podían aprovechar.

 

Al comienzo, una forma de tratar de ver las siluetas bajas y esquivas de los submarinos era lanzando bengalas suspendidas por paracaídas, para poder ver el mayor tiempo posible.

 

Recordemos que a partir de junio de 1940, lo alemanes tuvieron a su disposición la extensa costa noruega y, más importante aún, la de Francia. La ocupación de esos países cambió el mapa geopolítico y la situación geoestratégica de forma adversa para Gran Bretaña. Además de alcanzar el interior del Atlántico, los submarinistas alemanes ganaron acceso a las costas africanas. A fines de octubre de 1940 era hundido hasta el 40% de los mercantes que formaban parte de un convoy. Fue la época a la que los submarinistas alemanes denominaron “los tiempos felices”

EL PORTAAVIONES ESTADOUNIDENSE USS JOHN C STENNIS FUE VISITADO POR TRIPULANTES DE LA FRAGATA TIPO 23 HMS MONMOUTH

24.01.2013 17:05

 

La fragata tipo 23 HMS Monmouth se encuentra actualmente desplegada en el Medio Oriente. Algunos de sus tripulantes tuvieron la oportunidad allí de hacer una visita a bordo del portaaviones estadounidense USS John C Stennis. El grupo de efectivos de la Royal Navy pudo observar las capacidades del enorme portaaviones de propulsión nuclear. Eso incluyó el despegue de varios aviones desde la cubierta de vuelo del Stennis.

 

A su vez un grupo de tripulantes del Stennis abordó la fragata Monmouth, interiorizándose acerca del funcionamiento de la misma. También se efectuó un ejercicio PASSEX para mejorar la interoperabilidad de ambas marinas de guerra.

 

La fragata lleva a bordo un helicóptero Lynx del 815 Naval Air Squadron, con un grupo pequeño y autónomo de tripulantes y técnicos. Con sus sensores incrementa la capacidad de la Monmouth de recolectar y procesar información. También está equipado con misiles y armas antisubmarinas y sirve de plataforma a dos tiradores especiales del 43 Commando de los Royal Marines, que colaboran con la tripulación de la nave en su misión de patrullaje marítimo, durante el cual realiza acciones contra el contrabando y la piratería, o al menos ese es su rol oficial.

 

El USS John C. Stennis (CVN-74) es el séptimo portaaviones de propulsión nuclear de la clase Nimitz de la US Navy (marina de guerra de los Estados Unidos). Fue puesto en servicio el 9 de diciembre de 1995. Desplaza unas 103.000 toneladas a plena carga y lleva embarcados 90 aviones y helicópteros.

 

La misión de Stennis y su Ala Aérea embarcada (CVW-9) es la de llevar a cabo continuas operaciones de combate aéreo mientras está desplegado en posiciones de vanguardia en el escenario mundial. 

EL JUSTO RECLAMO POR MALVINAS Y LAS FUERZA ARMADAS ARGENTINAS

24.01.2013 12:59

 

En marzo, los habitantes de Malvinas votarán en un referéndum para decidir si quieren “conservar” lo que ellos denominan su condición de Territorio de Ultramar del Reino Unido de Gran Bretaña. Se espera gane el sí. Eso no tendrá ninguna consecuencia jurídica real, ya que los escasos británicos que viven en las islas son en su mayoría descendientes de quienes arrebataron por la fuerza el archipiélago malvinense y otros archipiélagos del Atlántico Sur a Argentina. Es claro que un puñado de descendientes de usurpadores no tiene derecho alguno a la autodeterminación. El resto de la población de Malvinas está formada por soldados británicos, algunos chilenos y no mucho más. El efecto de la votación será principalmente propagandístico.

 

Argentina viene reclamando la soberanía sobre las Islas y el actual gobierno intensificó los reclamos el año pasado, en ocasión de cumplirse el trigésimo aniversario de la guerra por la recuperación de los archipiélagos australes, que tuvo lugar en 1982. Eso generó tensión entre Argentina y Gran Bretaña. La tensión se acrecienta nuevamente con la cercanía del referéndum.

 

El gobierno de Londres estudia reforzar la guarnición de Malvinas e incluso se habla de la realización de un ejercicio militar en el Atlántico Sur. Los británicos hacen ejercicios en la zona con regularidad, de modo que se estaría hablando de un ejercicio importante, más grande que los regulares.

 

Lamentablemente la embestida diplomática argentina no fue acompañada de un necesario rearme de sus Fuerzas Armadas. Por el contrario, la ya de por sí delicada situación de la Armada Argentina se está deteriorando y la Fuerza Aérea Argentina tampoco logra revertir la crítica situación en la que se encuentra. Sólo el Ejército Argentino mantiene una capacidad operativa moderadamente satisfactoria. Pero el Ejército Argentino no tiene capacidad de proyección estratégica propia, depende para ello de la Armada Argentina y de la Fuerza Aérea Argentina.

 

Es llamativo el descuido por parte del Estado Argentino de la necesaria proyección estratégica de sus FFAA, máxime cuando está reclamando que los británicos se sienten a la mesa de negociaciones. Es ingenuo pensar que los británicos se sentarán a negociar si Argentina no puede ejercer una adecuada presión militar. Afirmar otra cosa es desconocer la historia y la idiosincrasia inglesa.

 

El gobierno argentino hará bien en tomar nota del estado de las Fuerzas Armadas y en esforzarse por revertirlo. Muchas veces hemos afirmado que no estamos de acuerdo con aquellos que dicen que el actual gobierno no hizo nada por las FFAA. Existe un resentimiento hacia ellas, es difícil saber si es real (en tal caso no siempre justificado) o si es una mera postura de conveniencia.

 

Sea como fuere no hay evidencias para lo que algunos llaman “plan sistemático para la destrucción de las Fuerzas Armadas argentinas”. En todo caso hubo algún gobierno anterior al actual que optó por las “relaciones carnales” con los EEUU y sus aliados y por una política de seducción de los kelpers (nombre con que se conoce en Argentina a los británicos nacidos en Malvinas). Ese gobierno desarticuló sistemáticamente el aparato militar argentino. Pero hablar de soberanía y no reforzar la crecientemente deteriorada capacidad militar argentina y su necesaria capacidad de proyectar su poder, muestra un grado de ingenuidad o de obstinación muy elevado.

 

Argentina está enfrentando una situación económica precaria y no es buen momento para grandes gastos en materia de defensa. Pero algunos se deben hacer. Habrá que apelar a la austeridad en algunas áreas donde hay gastos superfluos y destinar al menos parte de la suma ahorrada al refuerzo de la defensa. En caso contrario se estará jugando con fuego e invitando a los británicos que se queden no solo con los archipiélagos australes sino también con el Sector Antártico Argentino y se estará poniendo en serio riesgo toda la Patagonia.

LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - SÉPTIMA PARTE: LAS PLATAFORMAS DE LUCHA ANTISUBMARINA (continuación IV)

24.01.2013 06:55

 

Los aviones (parte II)

 

Durante la Batalla del Atlántico también se emplearon los Lockheed Hudson, los Bristol Beaufort, PBY Catalina y Boeing B-17, entre otros.

 

El Lockheed Hudson fue un bombardero y avión de patrulla marítima de construcción estadounidense, inicialmente construido para la RAF, poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. El Hudson sirvió durante toda la guerra, sobre todo con el comando costero pero también en  funciones de transporte y de entrenamiento. También fue usado para la infiltración de agentes en la Francia ocupada. Fue ampliamente utilizado en los escuadrones antisubmarinos de la Royal Canadian Air Force. Disponían de dos ametralladoras fijas 7,7 mm de tiro frontal y dos en la torreta dorsal. Podían cargar hasta 650 kg de bombas.

 

El Bristol Tipo 152, más conocido como Bristol Beaufort, fue un  bombardero/torpedero bimotor británico. El Bristol Beaufort primero entró en servicio con el Comando Costero de la RAF y luego con el Brazo Aéreo de la Flota de la Royal Navy. El Bristol Beaufort Mk I estaba armado con cuatro ametralladoras de 7,7 mm (dos en el morro y dos en la torreta dorsal). Algunos aparatos disponían de tres ametralladoras adicionales de 7,7 mm, más una carga de hasta 680 kg de bombas, minas o de un torpedo de 728 kg.

 

El Consolidated PBY Catalina fue un hidroavión diseñado en las década del ’30 por la compañía estadounidense Consolidated Aircraft. El Consolidated (XP3Y-1) realizó su primer vuelo el 21 de marzo de 1935. Esta aeronave transformó la capacidad de patrulla de la US Navy (Armada de los Estados Unidos) y fue uno de los aviones polivalentes más ampliamente utilizados durante la Segunda Guerra Mundial. Las letras “PB” (por Patrol Bomber) lo señalan como un bombardero de patrulla.

 

Prestó servicio con todas las ramas de las fuerzas armadas estadounidenses y en las fuerzas aéreas y marinas de guerra de muchos otros países. Fue utilizado por la Royal Air Force antes de la guerra, y construido bajo licencia en la Unión Soviética y en Canadá. De este modo y siendo el avión más eficaz de su clase, fue el hidroavión más producido de la historia, con más de 4.000 aparatos. Durante la Segunda Guerra Mundial fue empleado por los Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Holanda y la Union Soviética.

 

Durante la IIGM los PBY fueron usados para la guerra antisubmarina; para el patrullado marítimo; como escolta de convoyes navales; en misiones de búsqueda y rescate y para el transporte de personal y de carga. Tuvieron una larga serie de variantes y como dato de color podemos agregar que entre sus operadores militares estuvo la Aviación Naval de la Armada Argentina, que adquirió 16 de estas aeronaves. La primera arribó al país en junio de 1946.

 

Los aviones empleados en la guerra submarina arriba mencionados y/o descriptos podían estar equipados con radares, cañones, bombas, cargas de profundidad e incluso minas.

LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - SÉPTIMA PARTE: LAS PLATAFORMAS DE LUCHA ANTISUBMARINA (continuación III)

23.01.2013 13:33

 

Los aviones (parte I)

 

Los mayores enemigos de los submarinos alemanes no fueron, sin embargo, los buques de escolta, ni mucho menos los Buques Q, sino la aviación. Esta tenía su base en tierra, en portaaviones e incluso en buques mercantes adaptados. Muchos de los aviones de patrulla marítima de la Segunda Guerra Mundial fueron reconversiones de bombarderos de largo alcance o aviones comerciales, siendo las principales conversiones el ya mencionado Focke-Wulf Fw 200 Condor alemán y el B-24 Liberator estadounidense. Los B-24 eran empleados para patrullar las áreas entre Islandia y Groenlandia en búsqueda de submarinos alemanes.

 

También fueron empleados aviones fabricados exclusivamente para el rol de patrulla marítima, como el Short Sunderland británico. Esta aeronave fue apodada “el puercoespín volador”, por la potencia de su armamento. Era, sin embargo, bastante vulnerable al fuego antiaéreo, aunque no faltan quienes afirman lo opuesto. Sea como fuere, lo cierto es que la lucha entre las dotaciones de los Short Sunderland por un lado y los servidores de las piezas antiaéreas de los submarinos alemanes y los pilotos de teutones por el otro, fue intensa y en algunas oportunidades estos aviones salieron muy bien parados de la refriega.

 

El arriba descripto Short S.25 Sunderland fue un hidroavión desarrollado para la RAF (Royal Air Force) por el fabricante británico Short Brothers. Voló por primera vez en octubre de 1937. Fue uno de los hidroaviones más potentes y más usados a lo largo de la IIGM. Junto al Consolidated PBY Catalina, que describiremos en este mismo capítulo, fue uno de los hidroaviones militares más conocidos y a la vez uno de los más apreciados. 

 

Al comienzo de la guerra los Sunderland se hallaban en estado de inferioridad en sus acciones contra los U-Boote, debido a la falta de bombas de profundidad adecuadas, debiendo contar con las pocas bombas antisubmarino eficaces de 45 y 105 Kg. Estos aviones podían transportar cuatro bombas de 227 Kg o bien ocho de 113 Kg.

 

La Royal Air Force utilizó este hidroavión en la Guerra de Corea y la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda lo tuvo en servicio hasta mediados de los años 60. La Marina Nacional de Francia los operó desde 1943 hasta fines de 1960, siendo el último usuario de estos aparatos en el hemisferio Norte.

LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - SÉPTIMA PARTE: LAS PLATAFORMAS DE LUCHA ANTISUBMARINA (continuación II)

23.01.2013 07:21

 

Los buques Q

 

Si bien estos párrafos sobre los Buques Q podrían ser vistos como una simple nota de color, como una cuestión meramente anecdótica, no dejan de ser un reflejo de la falta de medios antisubmarinos adecuados que padeció la Royal Navy al principio de la guerra y de cierto grado de desesperación con el que los británicos reaccionaron a la campaña de los U-Boote.

 

Hacia finales de la IGM los propios británicos habían considerados a los buques Q como obsoletos, pero aun así los volvieron a emplear en la IIGM. De algún modo estos hechos señalan la visión estratégica de Karl Dönitz, que lo hizo llevar la guerra al terreno donde el enemigo se mostraba más débil. Con ello no pretendemos hacer una apología de las acciones alemanas, sino señalar la correcta aplicación de algunas de las máximas de la guerra: estudiar y conocer al enemigo es una de ellas. Aprender a aprovechar sus debilidades es otra.

 

Los Buques Q, también conocidos como Q-boats, Navíos Señuelo (Decoy), Buques de Servicios Especiales o Buques misteriosos (Mistery Ships), intervinieron en la IIGM porque su uso había tenido algún éxito en la Primera Guerra Mundial. Si bien durante la IGM no hundieron ningún submarino, sí averiaron a algunos (este dato se contradice con el de otros historiadores que afirman que sí lograron varios hundimientos). Estos hechos obligaban a las tripulaciones de los sumergibles de la primera guerra a tomar precauciones, hecho que - según algunos historiadores - habría librado a muchos mercantes de ser atacados.

 

Los buques Q eran mercantes o pesqueros pesadamente armados con las armas ocultas, pergeñados con la intención de atraer a los submarinos, para que éstos realizaran ataques en superficie al creerlos indefensos. Esto daba la posibilidad a los buques Q de abrir fuego contra ellos. Durante el transcurso de la IGM las técnicas de los buques Q se fueron haciendo muy refinadas. Se llegaron a organizar cuidadosas puestas en escena de pánico a bordo, abandono del buque y escenificaciones similares con el fin de que los U-Boote se confiaran. La intención era que - una vez que estuvieran al alcance y en la mira - fueran fácilmente atacados. Las tácticas se hicieron cada vez más complejas, ya que los U-Boote se arriesgaban cada vez menos. En agosto de 1917, cuando se perdieron algunos barcos Q, el esquema terminó por ser considerado como obsoleto.

 

Estos buques fueron usados por la Marina Real británica durante la IGM y nuevamente por la Royal Navy y la armada estadounidense durante la IIGM como contramedidas contra los submarinos alemanes y japoneses. Durante la segunda conflagración mundial la Marina Real británica puso en servicio nueve buques Q entre septiembre y octubre de 1939 para operar en el Atlántico Norte. Los buques que no fueron torpedeados dejaron de estar en servicio en marzo de 1941 sin que hubieran tenido el menor éxito. El décimo y último buque Q de la RN, fue convertido en septiembre de 1940 en buque portador de redes de defensa antitorpedos, equipado con cuatro cañones de 101 mm, tubos lanzatorpedos, dos hidroaviones y una lancha torpedera. Fue hundido por un submarino alemán. Los restantes buques sobrevivientes fueron transferidos al Ministerio de Defensa británico como transportes.

 

Los estadounidenses adquirieron cinco buques que fueron convertidos en secreto. Los norteamericanos emplearon los buques Q con la misma falta de éxito que los británicos. Uno de ellos fue hundido en su primera patrulla y de otro, el Anacapa, se cree que averió a dos submarinos aliados que - por error - operaban en su zona, aunque esto último ocurrió en el Océano Pacífico.

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