LA CAÍDA DE KABUL - ¡ADIÓS, OCCIDENTE!
15.08.2021 21:33
La ineptitud, la cobardía, la perversión y el cinismo tienen nombre y apellido: Joe Biden. El Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ordenó el retiro de las tropas estadounidenses en Afganistán. Después de 20 años de la invasión norteamericana, la situación volvió al estado de hace dos décadas o a uno aún peor. Era previsible, los estadounidenses despilfarran verdaderas fortunas para mantener sus servicios de Inteligencia. Para ser sinceros cualquier aficionado a temas de política internacional lo pudo haber predicho. Chinos, rusos e iraníes tienen buenos motivos para financiar a los talibanes. Probablemente lo hayan hecho. Los talibanes están en Kabul. Biden no hizo declaraciones, está de descanso. Vaya uno a saber cuál de sus genialidades lo agotó tanto, si la catástrofe humanitaria que generó en la frontera sur; si la inflación que logró disparar con su insensato presupuesto de obras públicas o si el caos interno que generan las políticas de desfinanciamiento de la policía y la promoción de teorías racistas de corte marxista.
Joseph Robinette Biden está cansado. El problema es que hace apenas unos meses que está en el poder y que su sucesora natural es Kamala Harris, cuya ignorancia en materia de asuntos internacionales es casi total. El expresidente Donald Trump ya pidió la renuncia del primero. La renuncia sería un gesto de dignidad y de justicia. Numerosas vidas se perdieron durante los veinte años de presencia estadounidense y de otras potencias extranjeras en Afganistán. Los aliados de los norteamericanos miran sin comprender la perfecta estupidez de lo actuado por Biden. Ellos también aportaron tropas y fondos para lo obrado en ese país. A Joe no le importó. Este hombre caprichoso que no logra recordar el nombre de su Secretario de Defensa, es el supuesto líder del mundo libre aunque no logre ni dominar los intrincados laberintos de su propio cerebro.
Los Estados Unidos de Norteamérica acaban de cubrirse de vergüenza. Repitieron las escenas de la caída de Saigón, en Vietnam, hace casi medio siglo. Algunos repiten la historia porque nunca aprendieron de ella. No es el caso de Biden, sí el de los estadounidenses. Administración demócrata tras administración demócrata dieron un paso hacia el caos. Jamás entendieron la política internacional. Tal vez jamás les importó. Probablemente jamás les interesaron los Estados Unidos de Norteamérica. Mantienen en el poder a un hombre casi completamente senil. En sus momentos de lucidez Biden hace los que acaba de hacer con Afganistán, tomar decisiones con un corazón que "arde" por una izquierda radicalmente liberal, fanática, irracional.
Los Estados Unidos fueron hasta hace muy poco, el país garante de la existencia del mundo libre. Acaban de perder esa condición. Queda rezar porque la recuperen mientras quede algo parecido a lo que alguna vez supimos llamar Occidente. Ahora sólo no queda un enorme pudor ajeno; en palabras de Shakespeare: "vergüenza, una eterna vergüenza, nada más que vergüenza".
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